Dos fortunas y tres comunidades

Pedro Masaveu falleció en Madrid el 15 de enero de 1993, cuando tenía 54 años, a causa de una enfermedad degenerativa. Su fortuna se evaluó en 300.000 millones de pesetas. La liquidación del impuesto de sucesiones y donaciones alcanzó los 11.000 millones, hasta entonces el mayor pago realizado al fisco español.La deuda se satisfizo con dinero en metálico (3.000 millones) y, sobre todo, en obras de arte. Los fondos artísticos asturianos se surtieron gracias a la muerte del empresario con 410 obras, entre ellas dos cuadros de Berruguete, dos de Zurbarán, 15 de Sorolla y cuatro de Goya. Pese a ello, la Dirección General de Coordinación de las Haciendas Territoriales sentenció el 16 de mayo de 1996 que los tributos recibidos por Asturias correspondían a la Comunidad de Madrid por una simple razón: Masaveu había fijado su domicilio fiscal en Madrid.

El Ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón recibía en aquel momento un sobre muy especial de 11.000 millones. La alegría duró poco. El 29 de enero de este año, el Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC) sentenció a favor del Principado. El recurso de la presidencia madrileña no tardó en anunciarse.

El caso de Emilio Botín Sanz de Sautuola es similar. El padre del actual presidente del Banco de Santader falleció el 23 de septiembre de 1993 a los 90 años. Los herederos ingresaron 6.050 millones de pesetas en las arcas del Gobierno cántabro. En 1995, el Ministerio de Hacienda falló a favor de la Agencia Tributaria de Madrid para que se hiciera con el impuesto de sucesiones. Otro regalo multimillonario para Ruiz-Gallardón.

La comunidad cántabra interpuso un recurso de reposición. Los herederos echaron una mano al entender que la residencia oficial de Botín se hallaba en Santander. El 27 de febrero de este año, el TEAC falló a favor de Cantabria. Se basó en la aplicación de "residencia habitual" para resolver el pleito: al ser jubilado y estar alejado de toda vida profesional resultaba "irrelevante" la vinculación de su domicilio, en Santander, con sus actividades o intereses, en Madrid.