Los encuestados anhelan dormir más y ver menos televisión

Los técnicos de la Dirección General de Juventud ya se han puesto a repasar los datos de la encuesta para ajustar mejor su oferta a la demanda de la clientela. Una de las correcciones consistirá en programar actividades de menor duración y mayor frecuencia, incluso entre semana. "Ello se debe a que los jóvenes con independencia económica aprovechan los días libres para estar con su familia, por lo que sus necesidades de ocio son más puntuales", razona Miguel Ángel Calderón, el asesor técnico de la dirección general que ha trabajado en coordinación con el director de la investigación, el sociólogo Manuel Martín Serrano.

Una de las tablas más curiosas que incluye esta voluminosa investigación es la que expresa a qué cosas dedicarían más tiempo los jóvenes y en cuáles invertirían menos. En el primer grupo aparecen, por este orden, relacionarse con las amistades, leer y dormir más, mientras que la clasificación de actividades denostadas la encabezan estudiar, trabajar y, qué cosas, ver la televisión.

Este último aspecto puede suscitar cierta incredulidad, porque ¿quién obliga a nadie a sentarse frente a la tele? "Hay algo de paradoja, sí. Esa respuesta puede significar que los jóvenes perciben una carencia de alternativas de ocio. Se sientan frente al televisor, pero es una actividad que termina resultando frustrante", razonan los sociólogos.

La conclusión más positiva del estudio, recopila Calderón, es la gran variedad de inquietudes que exhiben los encuestados, "más allá del tópico de que sólo les gusta el fútbol". Nadie imaginaba, por ejemplo, que los masajes suscitaran tanto interés. En el otro lado de la balanza, el asesor técnico señala que el afán por "estar con los amigos" frena el interés por "hacer cosas". Y apunta: "Habría que equilibrar ambos factores, porque los jóvenes no reservan casi tiempo para las actividades culturales o al aire libre".