La gasolina sin plomo

En junio de 1997 practiqué una denuncia ante el Ministerio de Medio Ambiente de la que, por supuesto, no he recibido respuesta alguna. Los hechos se remontan a 1993, cuando una directiva comunitaria permitió el uso de la gasolina sin plomo. Todos sabemos que, en fechas próximas, la Europa comunitaria desea que todos los vehículos funcionen con gasolina sin plomo y desaparezca la súper. España cuenta con un parque de vehículos más antiguos que la media europea. La mayoría de vehículos no están dotados de catalizador, elemento imprescindible para el uso de la gasolina sin plomo. Pero de nuevo las prisas por salir en la foto oficial están obligando al Gobierno español a cometer imprudencias de consecuencias imprevisibles. La campaña de Repsol, en connivencia con los ministerios de Medio Ambiente e Industria, llevada a cabo durante la primavera pasada, aseguraba que todos los vehículos podían usar gasolina sin plomo. Eso, que puede ser cierto desde el punto de vista mecánico, no lo es desde el punto de vista medioambiental. La gasolina sin plomo contiene unas sustancias sustitutivas del plomo que son altamente cancerígenas, que quedan atrapadas en los filtros del catalizador. Si se usa la gasolina sin plomo en un coche sin catalizador, estas sustancias son emitidas al aire libremente. En definitiva, estamos respirando sustancias altamente cancerígenas con el patrocinio de Repsol y de los ministerios de Medio Ambiente y de Industria.-