El cáncer del fascismo
El escritor español Jorge Semprún, que reside en Francia y tiene al francés como su primer idioma literario, establece en lo que respecta al actual debate sobre la amenaza del lepenismo algunas diferencias básicas con respecto al avance del fascismo en Europa, pero también encuentra inquietantes paralelismos."La situación en Francia es muy distinta a la que prefiguró el auge del fascismo en Alemania e Italia, evidentemente, pero establecida esta diferencia radical, subrayada la fortaleza actual de la democracia, lo cierto es que formalmente el proceso impulsado por el Frente Nacional se parece a la toma del poder fascista", dice el escritor.
"El fascismo", prosigue Semprún, "no tomó el poder con una revolución al estilo bolchevique, sino por la vía electoral, con la alianza cómplice de una parte de la derecha tradicional, que se presumía democrática. Este esquema se esta reproduciendo ahora en Francia. El Frente Nacional de Le Pen está ocupando parcelas de poder, primero en los municipios y ahora en las regiones, a través de la alianza con una parte de la derecha. ¿Va a desarrollarse ese movimiento, el FN va a incrementar sus adhesiones gracias a esas políticas?".
"Al contrario que sus predecesores ultraderechistas francesas de las Ligas, que eran movimientos de masas", continúa Semprún, "pero extraparlamentarias y rupturistas, el FN se sirve de la democracia y no globaliza sus propuestas. No dice: 'Hay que acabar con los judíos o los inmigrantes', porque sabe que eso le plantearía problemas también con la Justicia. Prefiere ir introduciendo sus ideas a través de planteamientos como el de 'la preferencia nacional', la defensa de la 'seguridad', etc".
Se trata, para el escritor, de un proceso "nuevo y peligrosísimo, porque está contaminando a buena parte de la derecha y extendiendo el cáncer por toda la sociedad. Frente a eso, Francia está además inmersa en la crisis del Estado-Nación, particularmente grave aquí. Hay un nacionalismo francés antieuropeo no sólo en la derecha, sino también en la izquierda. Y esa crisis es el caldo de cultivo de las formulaciones y prácticas de extrema derecha".
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