Asesinados 58 civiles en dos nuevas matanzas en el suroeste de Argelia
Dos nuevas matanzas se registraron la noche del jueves al viernes en Argelia, que añadieron 58 cadáveres a la larga lista de víctimas de la violencia terrorista en el país magrebí. La violencia ha causado 26.000 muertos desde 1992 según las autoridades y cerca de 100.000 según las organizaciones internacionales de derechos humanos. El centro de este último capítulo sangriento fue de nuevo el suroeste de la nación, la misma región en la que durante el mes de Ramadán fueron asesinadas 1.500 personas.La carnicería más terrible ocurrió en Ued Buaicha, en la provincia de Yelfa, 200 kilómetros al sur de Argel, donde fueron degolladas 47 personas en plena noche, entre ellas 27 niños. La otra matanza sucedió en Adda Bensekran, cerca de la ciudad de Saida, 300 kilómetros al suroeste de la capital. Según el comunicado de los servicios de seguridad argelinos, al conocerse la noticia el Ejército ha emprendido varias redadas en busca de los comandos responsables.
En ambas regiones opera desde hace meses un número indeterminado de grupos de varias decenas de individuos que se mueven a lo largo y ancho del territorio particularmente accidentado de la región. A pesar de las repetidas operaciones de limpieza realizadas por el Ejército, las bandas armadas mantienen intacto una gran parte de su poder mortífero.
El macizo del Uarsenis, las montañas de Saida y la región de Altas Planicies, que la separan de Yelfa, son zonas de control extremadamente difícil, tanto por la densidad de vegetación en unos lugares como por la ausencia de carreteras, pistas y caminos de acceso. En diversos sitios, la única posibilidad es actuar a pie, a lo que muchos oficiales son reacios por los riesgos que comporta.
Según los comunicados emitidos por las autoridades en las últimas semanas, se cree que varios comandos terroristas del Grupo Islámico Armado (GIA) que operaban en las inmediaciones de la capital se han desplazado hacia el suroeste del país. En el este, en cambio, sigue vigente el alto el fuego decretado por el Ejército Islámico de Salvación, brazo armado del Frente Islámico de Salvación (FIS), al que se han unido algunas falanges del entorno del GIA.
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