ENTERA O DESNATADA

"No sé qué hacemos aquí tantos asturianos, cuando lo que se intenta es vender la carne a los finlandeses", decía el veterano periodista Ladislao Arriba. Y es que en el elegante hotel Ritz madrileño cenaban cientos de modernos astures porque el Principado quería promocionar la carne de Asturias, calidad controlada. Todo era políticamente correcto, con el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos a la cabeza, la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, el presidente de la Comunidad Sergio Marqués y hasta el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, quien recordó que su abuelo Faustino era asturiano.Se sirvieron sidra, vinos diversos, entremeses autóctonos, no faltaron las fabes, la merluza y los postres más típicos, pero lo que abundó, claro, era la carne: gobernada, asada, al cabrales... en fin, todo bastante formal, con personajes como el presidente de Aceralia, Álvarez Rendueles, el secretario perpetuo de la Real Academia, Víctor García de la Concha, el presidente del Centro Asturiano, Cosme Sordo... Era el día industrial allende los Picos de Europa, con la creación de una gran corporación láctea y la salida de la carne con denominación de origen. Entera o desnatada. Porque sólo en el rincón de la izquierda, más informal, con José Luis Balbín, Nacho Quintana, Ladislao Arriba y Eduardo Úrculo se disfrutaba comentando otras historias de Asturias y su salida al extranjero.-