La cerrazón de fomento

Desde que se aprobó en el Congreso la ley digital, el pasado 17 de abril, el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, la ha defendido a capa y espada. La única vez que se permitió una flaqueza ante las severas advertencias de la Comisión Europea fue el 24 de junio -tres días antes de que la CE abriera el procedimiento de infracción-, cuando en una carta al comisario Mario Monti llegó a manifestar que estaba dispuesto a incumplir su propia ley y no aplicar el artículo que obliga a sustituir los descodificadores simulcrypt. Pero fue contundentemente corregido por el vicepresidente Álvarez Cascos, quien afirmó que la carta no significaba rectificación alguna.Al margen de la carta, Arias siempre ha sido rotundo. Ya tras las primeras críticas de Bruselas a la ley, en mayo, replicó afirmando que la Comisión cometía "un atentado contra el Tratado de Roma" al defender el descodificador simulcrypt [el de Canal Satélite, operativo en otros países europeos].

La controversia entre el Gobirno y Bruselas, que se prolongó durante el mes de junio, llevó al ministro a asumir en primer plano el enfrentamiento. Así, el 13 de junio, refiriéndose a la postura contraria a la ley del comisario Martin Bagemann, aseguró: "Las afirmaciones del comisario no tienen el aval ni el soporte técnico de ningún organismo". "La interpretación última [de la ley] la tendrá que dar el Tribunal de Justicia Europeo", aventuró.

La defensa cerrada de la polémica norma continuó cada vez que Arias Salgado fue preguntado al respecto. El 19 de junio, reconoció que la norma tenía "algún defecto, pero en ningún casó sustancial". Más claro fue en su comparecencia del 30 de julio en el Congreso, cuando, además de defender la ley digital y descartar rotundamente cambios en ella, volvió a atacar a la Comisión y afirmó que ésta no había cumplido con sus obligaciones. Retador, Arias Salgado añadió que el Gobierno "mantendría su interpretación de la legislación comunitaria".