Comienzan las obras de dos reactores nucleares en Corea del Norte

En medio de una gran nube de humo de color rosa, verde, naranja y amarillo, y con la presencia de más de doscientas personas pertenecientes al consorcio Organización para el Desarrollo Energético de la Península de Corea (KEDO) y a diversas legaciones diplomáticas, arrancó ayer la histórica construcción de dos reactores nucleares de agua ligera en la localidad norcoreana de Kumho, al noreste del país. El proyecto -fruto de largas negociaciones entre las grandes potencias capitalistas y Corea del Norte para conseguir la congelación del programa nuclear de Pyongyang- será clave para preservar la frágil paz de la península coreana, según dijo el presidente norteamericano Bill Clinton en unas declaraciones leídas por el embajador Paul Cleveland en el acto de ayer.La simbólica explosión que marcó el comienzo de las obras de los dos reactores llevadas a cabo por la KEDO representa el primer paso - de un proyecto que tendrá una duración de 7 a 10 años. KEDO -un consorcio internacional de nueve países más la UE y encabezado por EE UU, Japón y Corea del Sur- se compromete a financiar la construcción de los dos reactores de 1.000 megavatios, presupuestada en unos 5.000 millones de dólares (alrededor de 775.000 millones de pesetas), a cambio de una promesa que hizo Corea del Norte en 1994 de congelar y anular su programa de armas atómicas.

Para Stephen Bosworth, director ejecutivo de KEDO, el proyecto supone una verdadera "ganga" para la comunidad internacional dado lo que recibe a cambio, es decir, la estabilidad en la zona. Occidente sospecha que Pyorngyang se había hecho con el suficiente plutonio para un reactor experimental de grafito como para fabricar bombas nucleares y hasta venderlas a grupos terroristas a cambio de divisas con las que atender su grave crisis alimenticia.