Casi 100.000 asistentes en el festival de Glastonbury, la cita cultural mas multitudinaria del Reino Unido

Los chaparrones de agua y el terreno embarrado apenas afectaron el buen espíritu del público que celebra este fin de semana la 26 a edición del Festival de las Artes Contemporáneas de Glastonbury. Con actuaciones de The Prodigy, Chemical Brothers, Beck, Smashing Pumpkins, Van Morrison, Sheryl Crow y otros cientos de artistas, la cita en la granja Worthy de Somerset, al sur de Inglaterra, que concluye hoy, fue un éxito popular.Michael Eavis, propietario de la granja y organizador del festival, se quejaba ayer de no haber sacado una póliza de seguros contra las inclemencias del tiempo. Su "despiste", señaló el granjero, costará a Greenpeace, Oxfam y otras fundaciones benéficas que reciben parte de los beneficios del evento 250.000 libras (unos 57 millones de pesetas).

La lluvia y el viento, que asolan Gran Bretaña desde hace varias semanas, obligaron a la organización a solicitar ayuda de las fundaciones benéficas. Varias actuaciones, como la del grupo femenino Kenickie, fueron suspendidas el viernes mientras se apuntalaba uno de los escenarios, que corría peligro de hundirse en el barro, mientras el personal médico atendía múltiples fracturas y a decenas de jóvenes aquejados de hipotermia. Los miembros de Oxfam, por su parte, distribuían mantas, plásticos y tiendas de campaña.

Sin opción a recuperar las 75 libras (unas 17.000 pesetas) que pagaron por sus entradas, el público de Glastonbury sacó el máximo partido del evento. Acompañó a Beck en su homenaje al country-rock, se calentó con Supergrass y bailó con Massive Attack. Ayer, brincó con The Chemical Brothers, Dodgy, Cast y, tras otras actuaciones, concluyó la velada con Radiohead. Hoy, las cerca de 100.000 personas se preparaban para escuchar a Van Morrison, Sting, y, entre otros favoritos, al renovado Neil Young.

La música no es la atracción exclusiva de este festival que se inauguró en 1970. Poesía, teatro, circo, artes plásticas y el propio ingenio del público contribuyen al éxito de cada edición. Pero una sombra se cierne sobre el festival: Emily Eavis, hija del granjero, anunció que se celebrará por última vez en el año 2.000.