Triunfal regreso de Marion Jones del baloncesto al atletismo

Cuando apenas contaba 16 años, Marion Jones estuvo a punto de participar en los Juegos de Barcelona. Fue finalista en los trials tanto en los 100 como en los 200 metros, donde consiguió el récord mundial junior. Si mantenía una progresión lógica, estaba destinada a convertirse en la reina de la velocidad. Pero varios factores la llevaron al anonimato. Perdió ilusión por el atletismo, sufrió una grave lesión y prefirió dedicarse al juego que le gustaba: el baloncesto.Marion, que desciende de una familia natural de Belize, cruzó de costa a costa para jugar en el equipo de baloncesto de la universidad de North Carolina. Aunque sus credenciales como jugadora habían sido buenas en el instituto, se hacía difícil esperar el mismo éxito que en las pistas de atletismo. Sin embargo, sus tres años en North Carolina han sido espléndidos. Con su velocidad, su talla (1,79 metros) y su talento se ha convertido en una de las mejores jugadoras de Estados Unidos. Pero todavía le queda alguna pasión por el atletismo. Su regreso ha sido triunfal. De forma inesperada logró en los Campeonatos de Estados Unidos las dos mejores marcas mundiales del año, con 10,98 segundos en los cuartos de final y 10,92 en las semifinales.