Los dos 'Alberts' quieren jugar

Que la final del Trofeo Godó no llegue a disputarse no beneficia a nadie. El club dejaría de pagar unos 10 millones de pesetas al campeón, pero debería abonar el importe de las entradas. Los aficionados se perderían un espectáculo por el que ya habían pagado. Los patrocinadores se quedarían sin más de una hora de pantalla en la televisión. Sin embargo, quienes más perderían serían los jugadores.No es ya una simple cuestión de puntos y de dinero, aspectos a los que suelen quedar reducidos los grandes planteamientos del circuito. Esta vez hay más implicaciones. Tanto para Albert Costa como para Albert Portas, entrar en el palmarés del Trofeo Godó no es nada banal. Se trata del torneo más importante de España y, obviamente, de Barcelona, la ciudad donde viven. Para cualquier tenista español ganar el Godó es uno de los objetivos de su carrera profesional. Y quedarse a las puertas, sin posibilidad de luchar por el título por culpa de la lluvia, debe de ser una frustración tremenda. Los dos quieren jugar, así lo dijeron ayer. Y tienen motivos muy poderosos para afirmarlo.