El sindicato Erne rehará su dirección al dejar Castro la secretaría general

El sindicato independiente de la Ertzaintza, Erne, remodelará su equipo directivo al abandonar el cargo su actual secretario general, Iñaki Castro. Erne estudia dotarse de una nueva estructura con dos secretarías generales, con áreas diferenciadas, para abordar mejor el futuro de una central en crecimiento. Castro se instalará en Cataluña y se integrará en el cuerpo técnico de uno de los sindicatos que operan en la policía autonómica catalana, según informaron fuentes de su entorno.El todavía secretario general de Erne impulsó durante su mandato las relaciones con otras centrales policiales, siempre dentro de un marco de independencia política, y siguió una línea muy crítica tanto con el departamento de Interior y el PNV como con la izquierda abertzale por su apoyo a la violencia.

Aunque su fotografía ha aparecido en pasquines de, grupos radicales, Castro asegura que su marcha a Cataluña "no tiene nada que ver con eso". "No cabe hablar de miedo ni de nada por el estilo. He recibido una oferta de trabajo de otra provincia y la he aceptado", asegura. También reconoce que le viene bien un descanso tras ocho años al frente de Erne, pero que volverá a Euskadi porque no se marcha de la Ertzaintza, sino que ha pedido una excedencia especial.

Durante su etapa, Erne se ha mantenido como el segundo sindicato del cuerpo policial vasco, por detrás de ELA, que en las elecciones de 1994 perdió la mayoría absoluta. Erne tiene ahora 17 delegados por los 26 de ELA y los siete de UGT y de CC OO.

El entorno de Castro ratifica que su decisión se debe estrictamente a motivos personales y que, "conociéndole", no hay duda de que sólo responde a una oferta de trabajo que le ha hecho considerar la posibilidad de cambiar temporalmente de aires.

Castro se presentó hace dos meses en el Parlamento vasco, junto a representantes de CC OO y de UGT, para solicitar una mayor profesionalización de la Ertzaintza. Sus críticas a la politización impuesta en el cuerpo por el PNV y a la falta de medios de los agentes para luchar contra la violencia callejera tuvieron amplio eco en el Ejecutivo vasco.