Polvo dorado

Fueron los, tiempos heroicos los que crearon a los héroes. Fueron aquellas épocas locas y felices las que fabricaron tantas criaturas locas y felices que ahora nos subyogan en las fotos amarillas. Algunos artistas han. tenido mucha suerte. Vivieron unos años en. que la gloria iba suelta por la calle como una perra mordiendo a todo el que se dejaba: al joven Hemingway le prepararon la I Guerra Mundial sólo para que se enamorara de una enfermera; Modigliani tuvo bajo sus pies a todo Montparnasse para que pudiera suicidarse a placer; Lorca, Dalí y Buñuel fueron amamantados. en la Residencia de Estudiantes, por una República primaveral que comenzó con flores de verbena y terminó llena de visceras; la canción Lilí Marlene ha convertido en estéticos los humeantes escombros de Berlín y en algunos despierta todavía una diabólica atracción por el terror. Muchos escritores y artistas mediocres deben su actual sugestión al hecho de que fueron coetáneos de los gánsteres de Chicago y usaron la misma marca de sombrero. Después están los trombones de Glenn Miller, la gabardina de Bogart, los cafés de Tánger, el atolón de Bikini, el descubrimiento del dry martini, que en las fotos amarillas son inseparables de unos creadores con jersey blanco de pico y pantalón de pliegues, sobre los cuales se vierte la belleza del pasado. Me pregunto quiénes serán las criaturas de este final de milenio que el paso del tiempo convertirá en figuras fascinantes. Contemplando a muchos personajes vulgares de hoy, suspirarán de amor las adolescentes mañana al, ser invadidas por el polvo dorado de la memoria. A pesar de todo, la mediocridad que nos envuelve un día también será nostalgia, aunque va a necesitar otra gabardina de Bogart, otra tragedia planetaria o una simple canción para ser salvada. Tal vez dentro de unos, siglos, cuando la muerte sea vencida, los nuevos seres nos miraran como las últimas criaturas humanas que fuimos mortales y llorarán de melancolía sobre nuestras imágenes a causa de este esplendor.
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