Moscú especula con la amenaza de un golpe

El golpe de Estado puede ser una realidad en cualquier momento en Rusia, dada la parálisis de las instituciones de poder, advirtió ayer el prestigioso politólogo Vitali Tetriakov, director de la influyente Nezavísimaya Gazeta. Para ello bastaría con que aparezca el aventurero decidido capaz de correr el riesgo. Lo trágico de la situación actual es que el presidente, Borís Yeltsin, se niega a reformar la Constitución y con ello impide la elaboración de un mecanismo que asegure su sucesión por el primer ministro y al mismo tiempo corte el paso al general Alexandr Lébed."Nunca en Rusia, desde agosto de 1991, la crisis política ha sido tan profunda y total, ni tan evidente el peligro de que la situación degenere en un golpe de Estado o en un conflicto civil", escribe Tetriakov, quien en mayo de 1991 ya advirtió desde su periódico de la posibilidad de un intento de golpe de Estado, como realmente sucedió en agosto, y la posterior subida al poder de Yeltsin.

Los ideólogos y líderes del actual régimen tratan de encontrar mecanismos para hacer factible el traspaso legal del poder al primer ministro, Víktor Chernomirdin, y "hacen bien según Tretiakov. Yeltsin, sin embargo, se niega a reformar la Constitución para hacer posibles esos planes. Entre las ideas discutidas figura la de modificar la Carta Magna para que, en caso de que el presidente no pudiera cumplir sus funciones o falleciera, el primer ministro asumiera no temporalmente, como establece la ley, sino hasta el final del mandato en curso, como sucede en EE UU. Esta fórmula, y otras que se debaten en los pasillos del poder, tienen un solo fin: impedir que Lébed pueda llegar a la presidencia.