Suzanne Vega ofrece una mirada madura,sobre el mundo del deseo

Suzanne Vega ha perdido la imagen frágil y solitaria que la distinguía. Ahora su mirada azul parece más sólida y su calidez tiene un punto de templanza. No solo la maternidad la ha cambiado, según ella. "Me siento más madura en este albúm, he cambiado vital y musicalmente, y creo que eso se nota". Suzanne Vega estuvo ayer en Madrid, presentando su disco Nueve obtos de deseo.

"Algunos de los objetos del deseo a los que me refiero son oscuros, pero otros no", dice Suzanne Vega, aludiendo al- título del filme de Buñuel. "Hablo del deseo de dar a luz algo o a alguien, o el deseo de la muerte, pero también hay otros más ligeros como el de lealtad".Como budista, su aproximación al deseo es distinta a la cristiana. "En el budismo que practico el deseo es positivo, es un combustible que te ayuda a progresar y encaminarte hacia la iluminación. Algunos católicos, al ver la manzana en la portada, me preguntan si se trata del pecado. El deseo no está siempre ligado a lo ilícito".

El álbum empieza con un potente tema sobre el alumbramiento. "Birth-day es una canción que refleja no solo lo que significó el nacimiento de mi hija, sino también lo que me costó dar a luz este disco", explica. "Me sentía muy confundida y tuve muchas dudas sobre cómo abordar el álbum. Tenía algunos temas que había escrito antes, otros nuevos, y en principio no me parecía que podía juntarlos de forma coherente. Cuando encontré el hilo conductor todo encajó".

Esa inseguridad ha recibido ya sus compensaciones, trabajo que combina una agradable variedad de ritmos y que ha sido bien recibido por la critica. "Con el anterior disco, 99.9º F, me sentía muy confiada y segura, en este era como trabajar en la oscuridad".