José Miguel Echávarri: "El próximo Tour dependerá de la ilusión de Induráin"

C. A., José Miguel Echávarri empezará a hacer balance en unos días. Es un hombre acostumbrado al análisis, que ha sabido dar con la fórmula mágica para permanecer hasta ocho años consecutivos dirigiendo las operaciones para ganar el Tour. En esos ocho años, ha ganado seis veces el Tour, dos veces el Giro y en una ocasión la Vuelta a España. Ningún otro director del mundo en activo puede presentar semejante palmarés. Horas después, de la derrota en el Hautacam, Echávarri no tenía inconveniente en reflexionar en voz alta ante la prensa. No cree haberse equivocado en los planteamientos de la carrera, ni en la preparación del Tour, ni tan siquiera en la selección del equipo Banesto. Pero estudiará el caso. Echávarri reconoció que no puede asegurar si Induráin dejará o no el ciclismo, que el corredor es un hombre bastante autónomo, respecto a las decisiones que adopta y que todo va a depender de si recobra la ilusión por regresar al Tour para ganarlo el próximo, año. "Horas después de la llegada al Hautacam hablé con Miguel. Quería hablar con él en persona para que me contara su versión, porque es un hombre que no engaña. No hubo de por medio ningún desfallecimento. Me reconoció que aceptó el debate con Riis porque era su obligación, porque veía que era el hombre más fuerte. Riis hizo una ascensión muy rápida, demasiado para lo que le gusta a él, que prefiere ir de menos a más. No era su estilo de subir, pero aceptó el reto. Y me dijo que resistió los tres primeros envites, pero no el cuarto. Riis utilizaba el plato grande, algo con lo que Miguel no podía. Y le dejó marchar sin más. Simplemente, Riis era mejor. El hombre lo reconoció sin tapujos".

Echávarri quiso dejar bien claro que desde el Banesto no se intentaron levantar falsas esperanzas: "Estaba bien, le veíamos animado, con buen humor, con ilusión por hacer cosas y recuperar terreno. Cuando le ves así, tienes que confiar en él". El futuro inmediato se hace problemático: "Está claro que para mejorar necesitaría tiempo y eso crea algunas dudas respecto a su participación en los Juegos Olimpicos. Otra cosa sería el Mundial, que puede ser su gran objetivo para el final de temporada. De cualquier forma, él será quien tome la decisión en su momento. Dependerá de la ilusión que tenga. El perfume se agota y habrá que racionarlo".

El hombre que llevó a lo más alto del podio a Delgado y a Induráin dejó en el aire su propio futuro: "Quizás ha llegado el momento de dar paso a otros. Quizás ha llegado el momento de la ONCE, que ha formado un gran equipo, o de Olano, aunque creo que Olano, a igualdad de edad, tiene menos margen de progresión que Induráin. Banesto me ha ofrecido que haga los fichajes necesarios para seguir teniendo un gran equipo, pero a veces dudo de si el marketing puede tener la misma eficacia con un equipo más pequeño. Tenemos mucha ilusión puesta en Santi Blanco, creo que es un corredor que puede enganchar a la gente, puede provocar ilusión. No es el estilo de Induráin, porque se parece mas a Delgado, pero tiene algo. Y con un equipo pequeño también se puede hacer un buen marketing. Al menos eso creo yo".

Echávarri sonrió cuando se le preguntó que, en realidad, podría haberse asegurado el sexto Tour de Induráin si en el verano pasado hubieran fructificado las negociaciones para contratar a Riis como gregario de Induráin. "Y a Olano (hubo gestiones para ficharlo) y a Escartín. Pero había otro problema: cuando alguien quiere ser jefe es muy difícil negociar en términos económicos. Ellos no sólo querían dinero. Y nosotros teníamos una idea de equipo".