La extrema derecha rechaza entrar en el Gobierno de los islamistas turcos

El futuro de la coalición de Gobierno entre los islamistas turcos del Partido del Bienestar (RP) del primer ministro Necmettin Erbakan y el de la Recta Vía (DYP) de Tansu Çiller depende de un puñado de votos. A tres días de la votación parlamentaria, tanto Erbakan como Çiller tratan de asegurarse los 276 diputados necesarios para ganar la confianza de la Cámara. Ayer, en un inesperado revés, el Partido de la Gran Unidad (BBP), de extrema derecha, rechazó la oferta de entrar en el Gobierno.

"No juzgamos apropiada, ni en la forma ni en el contenido, la oferta de coalición con el Partido del Bienestar", dijo ayer Mulisin Yazicioglu, líder del BBP. A pesar de este inesperado rechazo, no descartó que en los próximos días se pueda alcanzar un pacto que permita a sus siete diputados votar a favor del Gobierno de Erbakan-Çiller.El RP venció las pasadas elecciones, en diciembre, con estrecho margen. Dispone en la Cámara -compuesta por 550 escaños- de 158, que sumados a los del DYP se elevan a 287, 11 más de los necesarios. Sin embargo, nada está seguro. El pacto de Çiller con los islamistas ha levantado ampollas en su propio partido. Ocho de sus diputados ya han anunciado que votarán en contra. Uno de la izquierda y otro del Partido de la Recta Vía, conservador y opuesto a los islamistas, se han pasado a la coalición de Gobierno. La prensa de Ankara especula con nuevas deserciones.

El primer ministro Erbakan ha multiplicado sus gestos de moderación, alejándose de su discurso radical, con el fin de evitar nuevos sobresaltos. Erbakan respetará el laicismo estatal y la pertenencia de Turquía a la OTAN. Çiller también trató de calmar los temores. Ante un grupo de mujeres, dijo ayer: "Soy vuestra defensora y la garantía [de vuestros derechos]. Soy también la garantía de una Turquía secular".