Suárez defiende a la clase política ante los militares de la Academia General

Adolfo Suárez, ex presidente del Gobierno con UCD, realizó ayer una encendida defensa de la clase política y del sistema democrático en la conferencia que pronunció en la Academia General Militar, en Zaragoza. Jefes, oficiales y cadetes asistieron al acto, que constituía la primera visita de Suárez a la institución desde 1981, cuando dejó de ser el jefe del Ejecutivo. Tras definirse como "un político jubilado voluntaria y definitivamente, pero alguien que siempre será político, ya que se podría decir que la política imprime carácter y, por tanto, lo único que se puede hacer es renunciar a su práctica", Suárez abordó una charla sobre ética y política en la España actual. Renunció a comentar con los periodistas cuestiones de actualidad, pero habló de honor, hidalguía, libertad, moralidad, derechos humanos y democracia.

Suárez reivindicó ante su audiencia "la práctica política" matizando que quien la ejerce "es un ser normal, no pertenece a raza especial alguna; pero tampoco es un ignorante". "La política es una de las tareas más nobles que el ser humano puede ejecutar", dijo al describir las dos etapas tipo por las que suelen pasar los políticos: la de exaltación y la de denigración.

El ahora duque de Suárez echó la culpa al fenómeno de la posmodernidad de la mala imagen social que tienen actualmente los gestores de la vida pública. "La descalificación de la política está en el mismo sustrato de la sociedad en que vivimos" afirmó para concluir que "se ensalza el clima light y se proclama el crepúsculo de las ideologías, lo que lleva a una sociedad átona que abandona sus compromisos sociales". También criticó a quienes defienden sólo a los políticos eficaces, "ya que se puede ser eficaz, pero también un déspota".

En su intervención, Suárez reconoció las imperfecciones del sistema democrático, pero advirtió que es el único que permite reconocerlas y corregirlas. Indicó que le parece injusto que se extienda a todo un colectivo las irregularidades de unos pocos, aunque, subrayó, a éstos hay que someterles a la Justicia.