El sereno
Veo que se pide ahora, en algunos medios, el regreso del sereno a las noches de Madrid. Hay gente que ya está calculando cuántos puestos de trabajo se crearían, la seguridad que supondría y lo que tendría que pagar cada vecino para que, al hacer sonar las palmas, acudiera el sereno gritando "¡Voy!".La institución del sereno fue suprimida como tal un personaje muy poco sospechoso de modernidad que fue presidente del Sindicato de Actividades Diversas. Los serenos no eran funcionarios, sino que dependían de la "voluntad" de los vecinos. Les hacían correr de una parte a otra de su demarcación y había gente que, aunque llevara en el bolsillo la llave de su portal, prefería que el sereno se diera la carrera para abrirle la puerta y sentirse, así, importante. Y no faltaba quien utilizara al sereno como criado y le mandara a la farmacia por aspirinas o condones.
A mí me parecía un abuso, un cargo de conciencia, tener a un hombre toda la noche en la calle o refugiado en un portal en las frías madrugadas sólo por la comodidad, como se decía entonces, "del comercio y vecindad". Debo decir que yo mismo experimenté las ventajas de la cuasi-feudal institución. Tenía en mi calle, a principios de los años sesenta, a un sereno llamado Cirilo que era la simpatía en persona. Una noche volví a casa muy tarde y le pregunté si sabía de algún bar de las inmediaciones que estuviera abierto a aquellas horas, pues no había cenado y no tenía en casa nada comestible. Me dijo que no sabía de ninguno, pero se quedó pensativo y añadió: "Espérese usted. Tengo yo en el portal del 7 una tortilla de patatas y una bota de vino y ahora mismo vamos a solucionar el problema". Sucedió entonces algo que sólo podía pasar en Madrid. Sacó de una tienda de antigüedades frontera a mi casa una mesa isabelina y dos sillones de damasco rojo y, Cirilo y yo, en buena compañía, dimos cuenta de la tortilla de patatas a la luz de una farola. Nunca celebré una cena más entrañablemente municipal.
Tan grato recuerdo no me hará defender el regreso del sereno. Por favor, que no nos azarzuelen Madrid!
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Illa entrega la Medalla de Oro de la Generalitat a Joan Manuel Serrat y a Núria Espert
La Audiencia Nacional fija para septiembre de 2027 el juicio contra Ignacio González por el campo de golf del Canal Isabel II
Kast, tras su encuentro con Bachelet: “Necesitamos toda la experiencia de ella como expresidenta”
Un muerto por un tiroteo en la calle en Castelldefels
Lo más visto
- Lotería de Navidad 2025, en directo | 79432, el primer premio de la Lotería de Navidad
- Así te hemos contado las elecciones en Extremadura | El PP gana en Extremadura con 29 escaños, pero necesitará para gobernar a un Vox que crece
- Comprobar Lotería de Navidad 2025: consulta la pedrea con los números premiados
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Oona Chaplin: “Le conté a James Cameron que vivía en una cabaña en los árboles y que estaba iniciando un proyecto de permacultura con una amiga”




























































