Ancianos indefensos

El pasado 28 de marzo, en Cartas al director y como contestación a la de otra lectora, se publicaba la carta de don Héctor Maravall Gómez-Allende, director general del Inserso, en la que en términos puramente propagandísticos y utilizando datos estadísticos que sólo hablan de ancianos atendidos, pero no de problemas reales solucionados, trata de hacer creer a la opinión pública que los ancianos de este país no sufren de indefensión por parte de los organismos oficiales que deben ocuparse de ellos.Mi madre, incapacitada con Alzheimer, y por falta de plazas en Madrid, ingresó a través del Inserso en una residencia concertada en Talavera de la Reina en septiembre de 1994. En octubre de 1995, y de acuerdo con las normas del Inserso, solicitó por escrito el cambio a una residencia de Madrid.

En febrero de 1996, como nadie había contestado oficialmente a su escrito, sus allegados pedimos información al Inserso, que nos remitió a la comunidad de Castilla-La Mancha de Madrid, y ésta es la respuesta que nos dan ambas: "Las residencias de ancianos desde el 1 de enero de 1996 son competencia de las comunidades autónomas y ya no las gestiona el Inserso. No hay acuerdo entre comunidades para atender solicitudes de traslados entre residencias y, por tanto, el tema está aparcado hasta que los políticos se pongan de acuerdo al respecto".

Lo que mi madre solicita es algo tan humano como estar en estos trágicos momentos lo más cerca posible de sus seres queridos; esto es más fácil de conseguir y menos costoso que programar viajes organizados a Mallorca para pensionistas, pero como esto último da más votos a los políticos, está claro que es preferible ocuparse de los ancianos sin problemas.-