Focus

Si Wired es la revista de moda en Estados Unidos, Focus es la estrella entre los semanarios europeos. Su éxito en tres años (760.000 ejemplares) ha conmovido a los grupos de comunicación. Todos aspiran a un producto que se parezca a Focus, atraiga tantos lectores como Focus y logre el beneficio de ese meteorito alemán con 130 páginas de publicidad entre 300.

Christine Ockrent, una de las periodistas más acreditadas de Francia, fue destituida este martes al frente de L'Express en vista de que a los amos les parece poco el prestigio sin una fuerte rentabilidad. Ockrent, designada directora en octubre de 1994, había aumentado las noticias sobre cuestiones sociales, salud y ciencia, pero mantuvo el peso de la información política y el enfoque liberal. Como resultado, elevó sus ventas hasta ser el primer semanario francés, con 600.000 ejemplares. Pero no ha sido considerado suficiente. En primer lugar, los beneficios son modestos. En segundo lugar, está Focus, cuya receta trata deremedarse por doquier. ¿La fórmula? Focus es una revista con escasa información política y mucho, en pequeñas dosis, de casi todo lo demás. Su ideología tiende a la derecha en contraste con Der Spiegel, todavía líder en Alemania, progresista aunque de imagen más tradicional. En Focus hay dibujos, infografía, mucha foto, mucho cuadro sinóptico, despieces entre un texto más lacónico. Es el ejemplo conspicuo de la nueva generación windows. El CD-ROM convertido en papel, la pantalla hecha página. Muchos jóvenes tienden a comprar Focus antes que Der Spiegel, prefieren el fast-food al estofado, el impacto a la meditación. Pronto, se dice, todos los periódicos se harán así. El diseño prevalece sobre el buen texto; la visualización, sobre la reflexión. El focus sobre el locus. He aquí el zeitgeist; el flamante espíritu de esta época.