Los coches accidentados y con daños en su estructura tendrán que pasar una inspección obligatoria

De la grúa a la ITV. El Gobierno regional ha aprobado que todos los vehículos que hayan sufrido en Madrid daños graves en su estructura pasen una inspección técnica obligatoria una vez que hayan sido reparados. Con esta medida se intenta aumentar la seguridad de los coches que circulan por las carreteras regionales. La medida aprobada es de inmediata aplicación.

Luis Blázquez, consejero de Economía, lo explicó ayer de esta singular manera: "No queremos ser responsables de ninguna de las muertes de los jóvenes que circulan con coches viejos todos los fines de semana. Queremos tener la máxima seguridad de que por lo menos hemos intentado todo lo que la tecnología nos permite".

Para ello, según relató el consejero, esta consejería ha dotado de mejores medios técnicos a seis de las estaciones de inspección de vehículos en la región: en concreto, las de Parla (72.800 habitantes), San Sebastián de los Reyes (57.800 habitantes), Tres Cantos (24.500 habitantes), Coslada (79.000 habitantes)', Getafe (144.660 habitantes) y Las Rozas (45.890 habitantes).

La Guardia Civil decide

El Gobierno regional se ha convertido con esta medida en el pionero de España en desarrollar un Real Decreto de 1994. En él se establece que "todo vehículo que haya sufrido como consecuencia de un accidente u otra causa un daño importante, que pueda afectar a algún elemento de seguridad, deberá llevado a la inspección antes de su puesta en circulación". La Guardia Civil será la encargada de decidir qué coches irán directamente del taller a los puestos de inspección técnica de la Comunidad.

Esta revisión también puede ser aprovechada de forma voluntaria por los compradores de vehículos de segunda mano. Los conductores estarán así completamente seguros de que adquieren un coche en buenas condiciones.

Este sistema obligatorio de inspección de vehículos tiene tres fases. La primera consiste en una revisión general, como las realizadas durante las inspecciones periódicas. En el ella ser verifica principalmente el correcto funcionamiento de los frenos, suspensiones, alumbrado y emisiones. En la segunda etapa se realiza un control de la geometría del vehículo: giros, alineación de ruedas, dirección... En la tercera fase se comprueban 30 medidas del coche y se comparan con las que tenía. el vehículo cuando salió de la fábrica. Todo este proceso se efectúa mediante un sistema informático.

La Comunidad lleva aplicando este sistema de control, en una fase experimental, desde el pasado 22 de mayo. Los datos obtenidos hasta el momento son concluyentes. De los 300 vehículos que han pasado por la inspección se ha rechazado al 40% de ellos.

A partir de ahora, todos los coches accidentados que no pasen la inspección obligatoria no podrán circular hasta que sobre ellos, se efectúen las correcciones oportunas. La Comunidad estudia si aplicar esta medida a los vehículos de los conductores que se presenten voluntariamente a la revisión.

Leopoldo del Pino, director general de Industria de la Comunidad de Madrid, indicó ayer que varias aseguradoras estudian ya exigir a los talleres de reparación que entreguen los coches con esta inspección pasada. De lo contrarío no se les abonará la factura.

El coste de la revisión es de 16.492 pesetas, impuestos incluidos, para los coches cuyo peso no supere los 3.500 kilogramos, y de 18.239 pesetas para aquellos más pesados.