Una agenda ligera para el vencedor

, José María Aznar quería encontrar unos días para descansar tras el maratón de campaña y precampaña al que se sometió en los últimos meses. Desde el pasado miércoles, cuando asistió durante cuatro horas a la Junta Directiva Nacional del PP, no ha vuelto a aparecer en un acto político. Al día siguiente, el jueves, en su agenda de trabajo sólo figuraba una palabra: despacho. En la mañana de ayer viernes se repitió la misma idea: despacho. Por la tarde se marchó de Madrid con su esposa, Ana Botella. Primero se difundió que pensaba pasar el fin de semana en Castilla y León. Parece que quería visitar Burgos y las obras de restauración de su catedral. También se mencionó que acudiría al monasterio de Silos para escuchar los mundialmente famosos cánticos gregorianos de maitines de sus 28 monjes. Aznar es amigo del abad de Silos, Clemente Serna.

Después se supo que anoche tenía cita para cenar en Valladolid con Juan José Lucas, el presidente de la Junta, pero luego, tras conocerse los objetivos del viaje, se aplazó. Lucas se desplazó ayer mismo a Madrid con la intención de asistir esta tarde en Toledo al bautizo de un hijo de José Manuel Molina, el portavoz del PP en la Asamblea de Castilla-La Mancha.