Nueva técnica de Iáser para trasplante de pelo

Las personas con alopecia que hayan decidido pasar por el quirófano para recuperar su pelo tienen a partir de ahora una nueva oferta que en un año les puede comportar la recuperación de su aspecto anterior. Hasta ahora, el tiempo necesario para que el resultado de un autotrasplante fuera satisfactorio rondaba los tres años. Esto es posible gracias a un láser quirúrgico de dióxido de carbono que se conoce como Silktouch (toque de seda), que también se utiliza para elimiar las arrugas de la cara. El Instituto Dexeus de Barcelona es el primer centro español que dispone de uno de estos láseres, que se fabrican en EE UU e Israel.

Breve posoperatorio

Además de un acortamiento sustancial del periodo posterior a la intervención quirúrgica, la aplicación de este láser supone un postoperatorio mucho más breve y menos doloroso. Este láser realiza incisiones más limpias y precisas que los sistemas de implantación anteriores y ello implica que la cicatrización es mínima. Las costras prácticamente no aparecen, a diferencia de los trasplantes que se realizan en estos momentos, y, por tanto, se pueden hacer injertos con una separación menor entre ellos.El cirujano plástico del Instituto Dexeus, Ramón Vila, asegura que todos estos datos dependen de la calidad y el grado de calvicie de cada paciente y asegura que con la aplicación del nuevo sistema "el precio no se incrementa, mientras que los resultados son más estéticos y más rápidos".

Respecto a la lucha contra las arrugas de la cara, el láser se utiliza según un método que recibe el nombre de skin superfacing y que supone un nuevo paso para combatirlas. El láser exfolia la piel -elimina la epidermis y algunas capas de dermis- y consigue alisar zonas que no son accesibles mediante el peefing y lifting.

Pero a pesar de ello, el doctor Vila-Rovira reconoce que este tratamiento no sustituye a ninguna de estas intervenciones y que todos los sistemas de rejuvenecimiento de la piel son igual de abrasivos y requieren de un nuevo paso por el quirófano cada tres, cuatro o cinco años.