Derecho a conducir

Soy minusválido desde los nueve meses de edad. El pasado mes de agosto decidí pasar mis vacaciones en la isla de Mallorca junto a mi mujer y mi hijo, y quise alquilar un coche en una de las distintas agencias que ofrecen este servicio, no pudiendo hacerlo en ninguna porque no hay ni una sola agencia que tenga coches acondicionados para personas con minusvalías físicas. Ante la disyuntiva de no poder utilizar vehículo de alquiler y tener que someterme a la dictadura de las agencias que programan las excursiones o, en su defecto, quedarme parado en el hotel, opté por esto último, privándome y privando a mi familia de disfrutar de la visita a la isla como cualquier persona normal. Ahora que las guías gastronómicas y turísticas se preocupan por conocer si los restaurantes y hoteles que reseñan cuentan con acceso para minusválidos, y estos últimos empiezan a sensibilizarse con el problema, tampoco estaría de más qué los derechos de los minusválidos fueran ampliados siempre que sea posible. Creo que el derecho a poder conducir, como de hecho lo hacemos en nuestra vida diaria, es totalmente viable y debería ser tomado en consideración.-