LA CIUDAD DE LOS PERROS

De todos los ciudadanos del mundo, los parisienses han ganado fama por la obsesión sin parangón con sus perros. Sólo en París hay 200.000. Francia cuenta con un perro por cada cuatro habitantes, y las cuidadoras de perros cobran más que las cuidadoras de niños (1.400 pesetas a la hora). Los encuentras en todas partes: uno de cada seis taxistas y conductores lleva un perro en el coche, y los mejor educados están en peluquería, cafés, ascensores, oficinas o en el metro, donde montan gratuitamente. Además cenan regularmente en Maxim's; los mejores restaurantes prefieren perros bien amaestrados a los inquietos por si fuera poco, las ambulancias de canes están equipadas con los mejores tan ques de oxígeno. Así plasma la fijación de los habitantes de la capital francesa un libro curioso que acaba de publicarse por Thames & Hudson titulado Le chiens de París (Los perros de París), ilustrado magnífica mente con fotos de Cartier Bresson, Robert Doisneau, Nadar o Jacques Lartigue. Los únicos sitios donde se prohíben son en museos y en el cementerio del Père Lachaise tras el incidente de que un sabueso huyera con un fémur humano.Muchos han sido los observadores de este lado parisiense. Recientemente, la película de Altman Prêt-à-porter, sobre el mundo de la moda, caricaturizaba la situación. En 1940, Gertrude Stein, la escritora americana, que residía en París, señalaba: "Los perros se parecen a la nación que los cría. Además es un placer tenerlos porque, al contrario que los niños, los puedes mimar sin estropear el futuro". Y incluso el fotógrafo Eliot Erwitt no dudaba en afirmar que "los perros parisienses son más intelectuales que los america

nos".-