Un éxito empañado

La captura de Luis Roldán, que debería haber supuesto un beneficioso empujón para el devaluado Felipe González, se ha convertido en un fiasco que le ha hecho aparecer como necio e impopular. Después de las tres confusas comparecencias de Belloch no hay casi nada claro en la operación para detener a Roldán, excepto que costó 400 millones de pesetas (...).¿Quién engaño a quién? ¿Organizó Roldán su regreso como una farsa para comprometer a las autoridades españolas? ¿Se encargaron del asunto los servicios secretos españoles? Roldán es una bomba política andante y el símbolo más importante de todas las acusaciones de corrupción del Gobierno. (...)

El proceso judicial sobre el uso de fondos reservados y su conexión con los GAL supone la más seria amenaza contra la estabilidad del Gobierno. (...) Pero todo el crédito que el Gobierno espetaba ganar con la captura de Roldán se ha esfumado. La primera víctima del caso Roldán fue el anterior ministro del Interior, Antoni Asunción. (...) La segunda ha sido la reputación de Belloch, antiguo juez fichado por González para limpiar el Gobierno. La tercera víctima es la fe de los españoles en la capacidad de su Gobierno para aprovechar un éxito. "Nos hemos convertido en un chiste internacional", se oye decir en España. Ello podría hacer de Felipe González la cuarta víctima; a los españoles no les gusta que se rían de ellos.

11 de marzo