EL GUINNESS Y EL OBISPO

El obispo de Caserta, Raffaele Nogaro, ha demostrado que, además de luchar contra la Camorra y ayudar a los inmigrantes, es capaz de aguar la fiesta a una novia por no gustarle su vestido. No es que monseñor haya criticado la calidad de la seda o la hipotética generosidad del escote, sino que entendió que era antievangélico que María Rosaria Lembo llegara a la iglesia subida en un remolque de tractor y ataviando sus 25 años con un andamiaje metálico de 13 metros de diámetro, tela ligera recubierta de cintas y tules y pintura varia, todo ello de un peso de 218 kilos, y ornamentado con una trastienda a modo de cola de pavo real arrastrada por 11 damiselas: 1.600.000 pesetas de traje. El obispo echó una bronca al párroco por no haberle informado de que Maria Rosaria iba hecha un Christo -o sea, una obra del artista que envuelve los monumentos en su totalidad- . El autor del modelito, Gianni Molaro, que está ya en el Guinness de los récords por haber confeccionado un velo nupcial de casi 327 metros de largo, aclaró que, con el traje, Maria Rosaria quiso lanzar un mensaje contra divorcios y separaciones. Difícil escapar, realmente, con más de 200 kilos de faralaes encima. La novia quizá acceda al Guinness, pero el obispo le aguó la fiesta.-