También hay que matarlos

Las clasificaciones del British Museum de Londres hablan de 10 millones de especies de insectos en el mundo, sin contar la fauna de los parajes tropicales, mientras Terry Erwin, investigador del Smithonian Institute de Washington estima que hay 50 millones.

En primavera, los parajes de la sierra de Guadarrama se pueblan de coleópteros (escarabajos), lepidópteros (mariposas), himenópteros (avispas, abejorros, abejas), dípteros (moscas, mosquitos), optópteros (saltamontes, mantis religiosa), que se aprovechan de robles, encinares, enebros, madreselva y peonía. Además, de matorrales diversos.

Pero también existen por todo el mundo organismos que causan plagas en los cultivos y se ensañan con las reses y con el hombre. El escarabajo de la patata consiguió a mediados del siglo pasado que los irlandeses emigraran en masa a Estados Unidos de América. La patata era uno de sus alimentos básicos y la plaga consiguió sembrar la hambruna.Hay una rama de la entomología que se encarga de estudiar, de invasiones y las formas de atajarlas de manera eficaz, intentando evitar al máximo los efectos secundarios de los productos químicos.

El DDT

Frente a la era del DDT, las nuevas tendencias están creando insecticidas biorracionales y controles biológicos mediante el uso de otros organismos que eliminan las plagas de forma natural. Por ejemplo, el desarrollo de insectos que devoran a las plagas o de inhibidores de la formación de quitina (sustancia del caparazón de los insectos). "En los años cuarenta, se pensó que los productos químicos orgánicos de síntesis (DDT) eran la panacea", afirma Marcelino de Los Mozos, entomólogo, estudioso de las plagas de leguminosas en Castilla-La Mancha, "pero después se fueron descubriendo los efectos nocivos sobre el medio ambiente".