Ballesteros, brillante segundo tras Woosnam

Severiano Ballesteros sobrevivió un feroz ataque de Ian Woosnam en la tercera y penúltima ronda del Masters Británico, pero no pudo con el último y terminó segundo, a cuatro golpes del pequeño jugador galés. Sin embargo, Seve, que sigue causando el máximo respeto y admiración en el Reino Unido y en el mundo del golf, murió de pie, con toda la dignidad de un campeón legendario en el campo del Duque. En la última jornada se jugaron dos recorridos debido a la suspensión de la jornada del jueves por la lluvia.Woosnam tuvo su día mágico y acabó la jornada matinal con 63 golpes. Pero Ballesteros, que comenzó la tercera ronda con una ventaja de dos golpes sobre Andrew Murray, logré terminarla con 69 para mantenerse en la cabeza con un golpe sobre el galés.

"La última ronda será un juego diferente", señaló un Woosnam que parece empezar a sacar la cabeza del pozo, algo parecido a lo que Ballesteros ha hecho ya en este año de su resurrección. "Quien logre 67 golpes se llevará el gato al agua", dijo el galés, y eso hizo exactamente para acabar con 271 golpes, por 275 del español, que firmó una última tarjeta de 72 golpes. Ello le permitió superar por uno al final al alemán Bernhard Langer (71) y a otro británico de fuste, Colin Montgomerie, que terminó la jornada con 68 golpes, los mismos que el siguiente español clasificado, Pepín Rivero, recuperado magníficamente- de su fatídico 74 del primer día, y el surafricano Ernie Els, pero ambos con tarjetas finales de 277. La decepción española corrió a cargo de José María Olazábal, siempre fuera de opción, y que terminó a diez golpes de Woosnam, pero sobre todo de Miguel Angel Martín, uno de los jóvenes que pugna por dar el salto a la cumbre. Fue una pena su hundimiento en la segunda parte del último recorrido cuando incluso llegó a colocarse brevemente líder del torneo. Pero la presión en golf es demasiada y resistirla es lo que diferencia a los campeones y a los aspirantes.