Mueren calcinados cuatro bomberos en la extinción de un incendio en Zaragoza

Cuatro bomberos de la Generalitat de Cataluña murieron calcinados ayer cuando participaban en la extinción de un incendio forestal entre los términos municipales de Nonaste (Zaragoza) y La Pobla de Massaluca (Tarragona). Se trata de un bombero profesional y tres auxiliares forestales, del parque de Mora d'Ebre (de Tarragona). Los tres auxiliares eran vecinos de Flix, contratados para la campaña de verano, y el profesional vivía en Mora d'Ebre.

Las víctimas son el bombero Eusebi Fidel Miró Garnòs, nacido en 1964, y los auxiliares Pedro Vicente Mendoza Pérez (1971), vecino de Monzón; Jaume Munté Aragonès (1973), vecino de Mont-roig del Camp, y José María Ruiz Aguilera (1973), vecino de Tarragona. Todos ellos se habían desplazado para colaborar con los bomberos de Aragón en la extinción del incendio forestal iniciado a las 13.30 en el vertedero de basuras de Nonaspe, en la partida llamada de Val de Batea.El incendio se extendió con rapidez por monte bajo y pinares debido al mistral, que soplaba a velocidades de más de 75 kilómetros a la hora por el corredor del Ebro. Poco después de las 15.30, los bomberos se vieron sorprendidos por el fuego. Los dos vehículos llegados de Mora d'Ebre y Horta de Sant Joan se encontraron cercados.

Las llamas destruyeron los dos vehículos y las víctimas quedaron calcinadas en el camión bomba Pegaso en el que trabajaban, mientras que los bomberos del segundo vehículo consiguieron escapar del cerco. Los cuatro ocupantes de este último coche fueron atendidos en primera instancia en el lugar de los hechos, y trasladados posteriormente al hospital de Mora d'Ebre.

Agradecimiento

A media tarde, el juez de Caspe ordenó el levantamiento de los cadáveres y su traslado al depósito de la localidad. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, suspendió la conferencia de prensa sobre los acuerdos del Gobierno catalán para desplazarse al lugar del accidente, acompañado de la consejera de Gobernación, Maria Eugénia Cuenca.El presidente del Gobierno de Aragón, José Marco, también se desplazó a la zona y dio el pésame a Pujol, al que agradeció el apoyo de Cataluña en la extinción de los incendios en Aragón.

A media tarde, el fuego había avanzado más de cinco kilómetros y penetró en los municipios de La Pobla de Massaluca, Ribaroja y La Fatarella (Terra Alta). Las llamas presentaban un frente de más de ocho kilómetros, y obligaron a desalojar preventiva mente algunas viviendas aisladas y a cortar carreteras locales.

Por parte aragonesa intervenían a última hora de ayer en la extinción del incendio unas 50 personas, un hidroavión y el helicóptero del Gobierno de Aragón. Por parte de la Generalitat se habían llevado a la zona 35 camiones de bomberos, 5 helicópteros, 2 hidroaviones, 2 aviones fire-cat y 1 helicóptero de mando. Otros dos fuegos de grandes proporciones se declararon anoche en la misma zona: en Fons Vilardell y Coll de Santa Cristina; los bomberos enviaron más de 20 vehículos. El fuerte viento hacía prever que el fuego no podrá controlarse hasta la mañana de hoy, cuando entren en acción los medios aéreos.

Anoche quedó instalada en el Parque de Bomberos de Caspe la capilla ardiente con los restos de los cuatro fallecidos. El obispo auxiliar de Zaragoza, Carmelo Borobia, que se trasladó a la localidad, ofició un responso. Los cadáveres serán trasladados a Mora d'Ebre, donde hoy se celebrará un funeral al que asistirán Jordi Pujol y diversas autoridades aragonesas.