El juez cita como inculpado al jefe del voto por correo del PP

Fuentes con acceso a las diligencias creen que, finalmente, el juez no va a incluir el delito de falsedad en el sumario, dada la dificultad, dicen, de acreditar qué empleados del Partido Popular falsificaron las firmas. El magistrado no ha ordenado ninguna prueba caligráfica que determine si quienes figuran como apoderados de los diferentes votantes -María Antonia Astudillo, Ricardo Hurtado, Cayetano Mesa y Asunción de la Peña- fueron también quienes falsificaron las firmas. Las rúbricas falsas del notario Ballarín -según se aprecia a simple vista- fueron realizadas por tres manos distintas. Toda la documentación del voto por correo en Madrid -más de 20.000 sufragios y sus correspondientes documentos de solicitud- obra en poder del juez.El número de votos irregulares reconocido con seguridad por Ballarín tras revisar los tramitados por el PP es de 3.400 (en principio se cifró en 4.381). De confirmarse esa cantidad, no afectaría políticamente al reparto de concejales establecido tras las elecciones (al último edil del PP, Isaac Ramos, aún le sobrarían 90 votos sin tacha).

Uno de los sufragios falsificados es el de Pablo Juste Ballesta, un presidente de mesa electoral que había decidido abstenerse y que vio atónito cómo le llegaba ante la urna su voto por correo. Y también comprobó después que le acompañaba el de su hermano, quien tampoco había votado en esa elección. Otro caso es el de la religiosa María Ángeles Lumbreras, que igualmente decidió no votar. Su sufragio fue tramitado por María Asunción de la Peña, apoderada que gestionó 2.885 votos por correo. También se ha documentado la falsificación del voto de Vicente Benlloch, nieto del ex ministro franquista Raimundo Fernández Cuesta.