Una ayuda militar fuerte y clandestina

Desde 1990, cuando el Ejército francés acudió a Kigali en apoyo del régimen hutu del presidente Habyarimana, la ayuda militar francesa ha sido importante, discreta y casi clandestina. En su momento álgido ha llegado a poner a disposición del Ejército ruandés 150 cooperantes o consejeros militares, aparte de los 400 paracaidistas enviados en 1993 para oponerse al Frente Patriótico Ruandés (FPR), entonces apoyado por Uganda. Además, París ha entregado material militar al régimen de Kigali por importe de más de unos 500 millones de pesetas al año.Los consejeros militares franceses tenían como misión entrenar y formar al Ejército regular ruandés. En apoyo de éstos, París llegó a enviar comandos del 13º Regimiento de Dragones Paracaidistas que penetraron secretamente en Uganda para averiguar el monto y la calidad de la ayuda de ese país al FPR.

El material militar suministrado por Francia -parte de él de forma gratuita- a las Fuerzas Armadas Ruandesas (FAR) fue muy diverso e iba desde autoametralladoras ligeras a helicópteros Gazelle o aviones Noratlas y Gerrier, pasando por piezas de artillería de campaña. En los peores momentos del enfrentamiento entre las FAR del presidente Habyarimana y el FPR, los soldados franceses llegaron a utilizar sus propios cañones.

Los cooperantes franceses recibieron también prismáticos que intensifican la luz y permiten ver y disparar de noche como si fuese de día, por si se les encargaban misiones clandestinas. Posteriormente dejaron esos prismáticos al Ejército ruandés. Nunca se ha podido responsabilizar a los militares franceses de entrenar a las milicias hutus, cuyo papel desempeñado en las barbaridades de Ruanda es actualmente conocido por todos, y continúan matando salvajemente a civiles tutsis. Esas milicias, armadas con materiales rústicos, han sido ya abandonadas a su suerte por el mismo Ejército ruandés.Le Monde / EL PAÍS