Brasil ya baila samba

Brasil escribió su primer capítulo respetando el guión de su, culebrón habitual. Sedujo a todos con un fútbol vistoso y, en ojos de la crítica internacional, se confirmó como gran favorito para adjudicarse la Copa del Mundo. Ganó con holgura a Rusia, Romario acaparó los titulares con su contribución a los dos goles y la euforia cunde por Río y por San Francisco. Todo parece excesivamente previsible. La lógica indica otra clara victoria brasileña sobre Camerún.Parreira se muestra satisfecho por el equilibrio del conjunto, aunque avisa que Camerún es un adversario "muy difícil". "Sabe retener la pelota y jugarla bien", dice. "Además, tiene una defensa de mucha fuerza y nos puede complicar el partido".

En Brasil; nadie se lo cree. La euforia y el lema "Brasil tetracampeón" son los dueños de la vida diaria. La policía de Sáo Paulo estima que, para festejar la victoria sobre Rusia, la caravana de coches que salieron a las calles de la ciudad sumó unos 65 kilómetros.

Camerún no parece tener armas suficientes para romper las olas brasileñas. Sigue siendo una selección simpática, entusiasta e inocente. "Hay que tener en cuenta", dice su seleccionador, el francés Henri Michel, "que este grupo no ha jugado junto durante prácticamente la totalidad de los cuatro años discurridos desde el Mundial de Italia. Puede mejorar".