Las esculturas de Botero

El riesgo de accidente y el caos causado a la circulación, sobre todo a los autobuses, por la desafortunada ubicación de las esculturas del señor Botero representan un serio problema. Sin embargo, resulta más preocupante el hecho de que éstas estén dirigidas sólo para los conductores de vehículos, puesto que así se están sirviendo al público para su consumo, como las hamburguesas drive-in. La decisión de colocar dichas esculturas frente a la carretera y de espaldas a los peatones las convierte en un mero elemento decorativo sin más importancia que las iluminaciones que adoman las calles en navidades. El propio señar Botero tendrá que reconocer que sus escultural, así puestas, no pueden apreciarse como se debería y tiene que preguntarse los motivos reales de esta exposición, que sirve solamente como montaje de publicidad para el propio artista y sus patrocinadores.-