Los médicos británicos, contra la discriminación de los enfermos de edad

Mabel Styche tenía 71 años cuando falleció de un ataque cardiaco a las pocas horas de ingresar en un hospital público de Birmingham. Semanas después de su muerte, sus dos hijos averiguaron que el equipo que la atendía no intentó reanimarla al observar que su corazón fallaba.

Su caso se ha hecho público poco antes de que el Colegio de Médicos británico denunciara la "peligrosa e irracional discriminación" de que son objeto los mayores de 65 años por parte de los centros del Servicio Nacional de Salud, el equivalente de la Seguridad Social española.

Las diferencias de trato observadas varían entre establecer límites de edad para tratar ciertas enfermedades (en especial cáncer y dolencias cardiacas), relegar al paciente al final de la lista de espera, o ingresarlo en un centro geriátrico. Según el Colegio de Médicos, que acaba de presentar un informe al respecto, dicha práctica es absurda.

Agnes Torrance, de 97 años, está en un asilo. Su hijo, un electricista jubilado de 69 años, acudió incluso al gerente de la institución donde su anciana madre se recuperaba de una caída para averiguar por qué no disponía de un timbre junto a la cama. La paciente está ciega y sorda. Situaciones como ésta son también criticadas en el informe del Colegio de Médicos.