El futuro de la pesca

(...) La abundancia de recursos del mar se ha estirado más allá del límite. (...) Las capturas pesqueras a escala mundial alcanzaron un máximo en 1989 con 86 millones de toneladas. Desde entonces han bajado, y seguirán bajando si no se toman medidas. (...) Los pesqueros pondrán rumbo a aguas del Tercer Mundo, donde los caladeros todavía no han sido esquilmados. (...)Ello será verdaderamente negativo para los países más pobres, (...) ya que los dos tercios más necesitados del planeta obtienen del pescado el 40% de su dieta en proteínas. Lo más triste del exceso de capturas es que es autodestructivo. Si los pescadores tienen libertad para ello, seguirán pescando hasta el día en que el contenido de sus redes valga menos de lo que cuesta echarlas al mar. (...) El requisito más elemental para mantener la actividad pesquera consiste en dejar de pagar a los pescadores para esquilmar las existencias. (...) Los armadores deben pagar a la sociedad por el privilegio de pescar, y no, al revés. (...)

Y más importante que hacer pagar a los pescadores es restringir su derecho a pescar. Ello significa limitar el volumen de capturas o el número de barcos. Sólo cuando los pescadores estén convencidos de que tienen garantizado el derecho exclusivo a faenar en un caladero a largo plazo podrá esperarse que lo cuiden con la clarividencia que los buenos agricultores aplican a sus tierras.

19 de marzo