Busquen el adjetivo

Yo estuve allí, ligado a mis ideas, como todas las voces que se alzaban a mi alrededor reclamando una paz que no fuera gratuita, sea cual sea el sentido. Muchos de nosotros nos calificamos, entonces, como pacifistas, mientras, a escasas horas de allí, mientras vociferábamos o bañábamos de huevos el Ayuntamiento, el oro negro se cobraba vidas civiles. Absurdo. Por eso lo hacíamos. Ahora estoy aquí, de espectador, eso sí, y a escasos minutos en avión está repitiéndose aquello o peor. Sólo oigo los ecos de aquellas batallas con pancartas y huevos. ¿Dónde nos hemos metido los pacifistas?

Parece ahora que no está de moda salir a la calle y reclamar a gritos algo legítimo a todo el mundo: que le dejen en paz. Parece ahora que quien se encarga de esto son las cadenas privadas de la caja tonta, recaudando dinero para civiles y de paso haciéndose publicidad benevolente. Urgentemente me asomo a las páginas de un diccionario fiable y busco la solución a este misterio sin resolver. Hipocresía: del griego hypokrisis, vicio que consiste en la afectación de una virtud o sentimiento que no tiene uno. Mientras sigo aquí sentado me pregunto: ¿dónde están mis compañeros? No me eximo de culpa. Busquen, sea cual sea el sentido, el adjetivo apropiado a la presente situación: hay para todos, se lo aseguro.-