Fantasía contra blindaje

Tres de cada cuatro goles del Barcelona son de elaboración propia; es decir, que 43 tantos -más que la totalidad de cualquier otro equipo- han sido pura fantasía. Enfrente, el Deportivo, con unas cifras igualmente impresionantes: sólo ha encajado tres goles por méritos del contrario; para llegar a la cifra de los 10 que ha recibido, los defensas tuvieron que cometer algún error o que el contrario alcanzase el área en jugadas a balón parado.El partido de esta noche es apasionante. Por un lado, un equipo que logra sus victorias al margen del azar. Crea tal volumen ofensivo que es capaz de ganar al margen de la genialidad individual que puedan tener sus jugadores, de los errores contrarios o de que el árbitro señale un penalti o una falta. Su poderío se manifiesta en que no consigue goles de córner, ni tan siquiera casi de cabeza (sólo 2 de 57), sino que inventa jugadas constantemente a ras de suelo. De una plantilla de 18 jugadores de campo, sólo Sergi, Eusebio, Juan Carlos y Óscar no han intervenido aún directamente en una jugada de gol.

Por otro lado, el Deportivo, con un sistema defensivo de siete hombres siempre rodeando el balón. Sólo ha habido un equipo, el Athletic, que le supo derrotar sin paliativos, y lo hizo al estilo Barcelona, diseñando jugadas sobre la espalda de los defensas.

Una combinación Mendiguren-Guerrero y otra Garitano-Eskurza supusieron dos de los tres únicos goles en los que el entramado defensivo del Deportivo fue superado; el otro conjunto que lo consiguió fue Osasuna con una jugada StanickMartín Domínguez.

En el resto de los goles encajados, el contrarío tuvo que gozar de algún elemento a favor para batir a Liaflo: Real Sociedad, Valencia, Sporting y Madrid marcaron a balón parado, y el tercero de los tantos, del Athletic y el segundo del Madrid tuvieron como origen sendos fallos de Ribera y Djukic, así como el del Albacete, en el que Rckarte cometió un error en la entrega.

Si el Barcelona tiene un ataque de ensueño y el Deportivo posee una defensa blindada, los factores decisivos del encuentro pueden estar en las líneas opuestas. El Barça no dispone de mentalidad defensiva al ser atacado, mientras que el Deportivo, cuando se encierra, es vulnerable porque acaba echándose al contrario encima al dejar mucho espacio entre la defensa y el contrario, que el rival ocupa para lanzar desde allí su ofensiva.