Soto del Real

Soto del Real, domingo, nueve de la mañana. Somos unos curritos que se ganan la vida en Madrid (informáticos, administrativos, etcétera). Ahora pasamos a ser deportistas domingueros.

1. Baloncesto: vamos a jugar a baloncesto (el fútbol racial destroza los meniscos, y cualquiera se da de baja ahora).

2. 9.15, en el colegio municipal: no podemos entrar a las únicas canastas del pueblo. La puerta principal se encuentra cerrada y los demás accesos están soldados, sí, señores, soldados; temerán que desgastemos el piso del patio, como dice Gila en uno de sus fantásticos números.

3. 9.30, en la calle: vamos a ir al polideportivo, pero, un momento... No tenemos polideportivo (sólo campo para el mencionado deporte nacional).

4. 9.45, en otra calle: debatiendo, sólo encontramos una solución, hacer unos 17 kilómetros (¡da y vuelta) a cualquier otro pueblo que tenga una pista abierta. Finalmente es rechazada la propuesta, ya estamos toda la semana en los cochecitos.

5. 10.00, en la plaza del pueblo: ahora vamos a arreglar el estado de la comarca. No tenemos polideportivo, pero sí campo de tiro militar, base de helicópteros, pasos ferroviarios, especuladores inmobiliarios y una próxima cárcel (con un polideportivo cojonudo)... bla, bla, bla...

6. 12.00, en la barra del bar: tomamos cañitas y alguna ración, ya hemos quemado muchas calorías paseando y hablando.

¿Qué critico? Pues la infraestructura deportiva de los pueblos de la sierra (no todos somos yuppies con pista privada) y la infraestructura deportiva cojonuda de las cárceles.-