Una reconversión a medias

Las aglomeraciones y caravanas de camiones que hasta hace un año se formaban en la explanada de la zona fronteriza de Irún son hoy una imagen histórica. La eliminación de fronteras el primer día de 1993 se llevó consigo una parte importante de la vida económica de esa parte de Guipúzcoa; pese a ello, al menos la mitad de los puestos de trabajo perdidos en el sector aduanero se han reconvertido en otras actividades.El alcalde de Irún, el socialista Alberto Buen Lacambra, asegura que una parte importante de la actividad económica que se generaba en la comarca se ha perdido, aunque cree que, dada la situación geográfica, la zona es buena para que se establezcan nuevas empresas. El tráfico de personas sigue siendo similar. "¡Sin embargo, debido al valor de la peseta respecto al franco, son más los franceses que compran aquí que los españoles que van a comprar a Francia", y asegura que no son muchos los comercios que han cerrado a lo largo de este año, "y en los casos que así ha sido, ha estado motivado más por la crisis que afecta a la economía española que por la frontera. El retraimiento para hacer gastos superfluos es generalizado", señala.

Algunos restaurantes, debido sobre todo a la menor afluencia de personas, se han visto obligados a modificar sus cartas y ofrecer menús del día. Irún perdió cerca de 1.200 puestos de trabajo que estaban asignados a las agencias de aduanas. De éstos, al menos 700 se han reconvertido al crearse nuevas empresas. El alcalde de Irún cree que, si se continúan creando empresas, una parte de los empleos perdidos se puede recuperar: "Intentamos atraer a la comarca empresas de otro tipo y creemos que la zona puede ser atractiva".

Las pocas agencias que siguen en Irún se dedican sobre todo a despachar con terceros países. "El cambio que se ha registrado en el municipio de Irún era más o menos el esperado", indica Buen Lacambra.