La juerga en los porches o el baile en la discoteca

Muchos estudiantes sabían que en la plaza Mayor la policía iba a cortar la fiesta. Por eso, no acudieron al lugar de otros años. Para ellos, que buscaban la juerga a las doce de la mañana, abrieron sus puertas dos discotecas madrileñas, templos de la música bakalao. Cientos de jóvenes se apiñaban en la entrada de la discoteca TNT, en un pasadizo de la calle de Cea Bermúdez, donde consumían cerveza para entretener la espera y espantar el frío. Hasta allí llegó la policía, que dispersó a los estudiantes que aguardaban en el callejón. En otro extremo de Madrid, en el paseo de Extremadura, la discoteca Over Drive, presentaba su aforo completo. A las 14.30, un centenar de jóvenes guardaba pacientemente cola para entrar a la sala dispuestos a bailar el último grito de la música máquina. Donde no había nadie, porque estaba cerrado, a las dos de la tarde, era en el bar Ártica, situado en la calle de Illescas, 98, conocido en el gremio estudiantil por ofrecer un mini de cerveza a todo aquel que certificase que había suspendido más de cuatro asignaturas. Ayer, ni siquiera el cartel que anunciaba la oferta estaba colocado.