Émulos de Durruti

Los anarquistas de España están de enhorabuena porque tienen mayoría en el Ayuntamiento de Madrid, a juzgar por la política que se sigue en cuanto a la circulación, concretamente en la zona de Ríos RosasAlenza-Cristóbal Bordiú, con ocasión de una fiesta en la Escuela de Minas, es decir, todos los sábados del curso académico.Sirva de ejemplo la tarde -noche del 23 de octubre. Quiero aparcar mi coche en la zona: la calle de Alenza está colapsada por la doble fila de coches y el gran número de personas que circulan andando por la calle en lugar de hacerlo por la calzada. Al llegar al cruce con Cristóbal Bordiú, reduzco la marcha, por lo que pueda pasar, y con razón: un joven conductor, sin duda nervioso porque se está perdiendo la fiesta, baja por la calle a gran velocidad y se salta el cruce. Más adelante, una señorita aparca el coche tapando la salida de un garaje, pero luego le parece demasiado fuerte, así que sube el coche a la acera, bloqueando el paso a los peatones. Otro compañero suyo, con menos cargo de conciencia, sí aparca en la entrada del garaje.

Mientras tanto, los que han llegado a la fiesta están consumiendo bebidas, presuntamente alcohólicas, en la calle, lo cual está prohibido. Y, al final de la fiesta, se marchan todos en coche, en medio del jolgorio generalizado, y las pruebas de alcoholemia brillan por su ausencia.

Son pequeños ejemplos de lo que ocurre todos los sábados, y con total impunidad. A Durruti le hubiese encantado.-