El Ejército Rojo está de vuelta

Un mes después del lunes rojo en el que los militares rusos salvaron el poder de Borís Yeltsin, el Ejército está en el candelero en Moscú. Ya habíamos señalado que una de las primeras iniciativas del presidente después de estos sucesos había sido la reunión de un consejo de seguridad dedicado a la definición de una "nueva doctrina militar". Esta doctrina, que acaba de ser adoptada, muestra que el Ejército soviético, convertido en ruso, todavía es pasablemente rojo. De hecho, una maquinaria militar tan impresionante no cambia tan rápido de tradiciones ni de objetivos estratégicos, a pesar del cataclismo de los últimos años. Los mariscales de no hace mucho no habrían renegado del acento puesto en las operaciones, "tanto ofensivas como defensivas", necesarias para la defensa de los intereses del país. (...).La hipótesis -explícitamente prevista- de una intervención de las Fuerzas Armadas para restablecer el orden interior es mucho más concreta. El presidente ruso llama, en efecto, no solamente a "no subestimar la amenaza comuno-fascista en Rusia", como acaba de hacer en una entrevista en Stern, sino también a rebajar las veleidades de independencia pregonadas por las repúblicas autónomas y otros "sujetos" de la Federación Rusa. El presidente acaba de recordar a esos "sujetos" que corresponderá, entre otros, a los militares vigilar por que "la soberanía sea una prerrogativa sólo de Rusia".

5 de noviembre