Mijatovic otra vez

Juegan bien estos franceses del Nantes. Un dato que aumenta el mérito del Valencia. Obtuvo un resultado interesante para recibir con garantías el encuentro de vuelta y, lo que es más importante, volvió a creer en sí mismo. El equipo levantino siempre ha estado lleno de buenos jugadores, de lo mejorcito del mercado, pero nunca ha confiado en sus propias posibilidades. Su imagen es la misma de siempre, pero en realidad es otra. Y las culpas apuntan hacia Mijatovic.El montenegrino no es de esos futbolistas que acaparan el campo. Huye del partido en muchas fases. No necesita muchos minutos de balón. Pero, de pronto, aparece y regala su impronta. Surge en el campo cuando su equipo más lo necesita. En los momentos claves. Cuando el choque parece estar dispuesto a inclinarse hacia un lado, llega Mijatovic y le frena sus intenciones: coge el balón, le prepara para algo grande y le envía de visita a la red del contrario.

Así sucedió ayer. Andaba el Nantes ofreciendo sus poderes, toques cortos, rápidos y precisos, con sabiesas intenciones de jugársela al Valencia. Por si a los levantinos se les ocurría saltar a la contra, el conjunto francés había propuesto una defensa muy adelantada, lista para anticiparse al rival y con dos torres, Ferri y Guyot, empeñadas en darle la noche a Penev. El Valencia no perdía la compostura. Mantenía el orden atrás y evitaba regalar balones. Aguantaba bien.

Y llegó el momento crítico: Makelele, Quedec y Ferri fabricaron una jugada apañadita y dejaron un gran gol. Otras veces, en situaciones así, el Valencia se derrumbaba. Era la hora de Mijatovic. Descubrió un hueco por donde romper el fuera de juego francés, le pidió el balón a Penev, le contó no se qué mentira al portero y se inventó un gol. Cogió de la mano al Valencia cuando estaba a punto de caerse y le mantuvo de pie. Trabajo hecho y otra vez a descansar.

El partido volvió a empezar, aunque con mejor color para el Valencia. La reglamentación le hacía un guiño: en caso de empate los goles fuera de casa valen doble. La segunda parte ya no fue más que la historia del quiero y no puedo del Nantes, con disparo final al palo incluido que estuvo a punto de cambiar el marcador.

Resultados

Copa de Europa: Werder Bremen, 5; Dinamo de Minsk, 2. Linfield, 3 Copenhague, 0. Copa de la UEFA: Reikiavik, 1; Mtk Budapest, 2. Dinamo de Bucarest, 3; Calgiari, 2.