Martel abandona la mansión consular en Miami "sólo porque lo ordena un juez de EE UU"

Erik Martel, el depuesto cónsul de España en Miami, decidió no esperar ayer a que un sheriff sacara sus cosas en la calle para salir de la mansión consular española en la exclusiva ciudad de Coral Gable, donde estaba atrincherado, desde hace un año en protesta por su traslado forzoso a Madrid. "Salgo porque un juez de EE UU me lo ordena", señaló, asegurando que siempre estuvo dispuesto a curnplir las leyes, "saliendo del autoritarismo del Gobierno español".Horas antes de que se cumpliera el plazo que le dio un juez local para abandonar la residencia a más tardar a las cinco de la tarde (hora local), Martel había sacado ya sus pertenencias con la ayuda de amigos de la comunidad española y sólo esperaba a que Regaran las autoridades a cumplir la orden de desahucio en su contra.

El diplomático en rebeldía que pasó sus últimas horas en la residencia consular contestando llamadas telefónicas de los periodistas dijo sentirse "liberado" ahora que su pleito contra el Estado español por la ocupación de la vivienda ha llegado a su fin. Martel fue separado de su cargo en febrero de 1992 por presuntas "anomalías" en la sede consular en Miami, que él asegura nunca fueron debidamente investigadas.