Fallece don Juan con el respeto unánime de la sociedad española

Don Juan de Borbón y Battenberg, hijo de Alfonso XIII y padre del rey Juan Carlos 1, murió ayer en Pamplona a los 79 años de edad sin haber ceñido nunca la corona cuyos derechos ostentó a lo largo de 44 años. El general Franco no se lo permitió. Don Juan, conde de Barcelona, falleció a las 15.30, tras una agonía de un mes, víctima de un largo proceso cancerígeno que le afectó a la laringe y al esófago. Sus tres hijos: el rey Juan Carlos y las infantas Pilar y Margarita, y la reina Sofía se encontraban en la habitación 601 de la Clínica Universitaria de Navarra cuando don Juan entró definitivamente en la historia.

La noticia del fallecimiento de don Juan, comunicada al país por las emisoras de radio y televisión, que interrumpieron sus programas habituales, suscitó ayer una inmediata y absoluta coincidencia de elogios, a derecha e izquierda de la clase política, para el hombre que con su renuncia y entrega a la idea de España hizo posible la restauración de una Monarquía parlamentaria, democrática e integradora. El Congreso y el Senado suspendieron sus sesiones e hicieron declaraciones de elogio al conde de Barcelona.El presidente del Gobierno, Felipe González, calificó su personalidad de "extraordinaria" y convocó inmediatamente un Consejo de Ministros que aprobó un decreto de luto oficial de siete días. Don Juan será enterrado el sábado, con los honores propios de un rey -así lo ha querido su hijo-, en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial junto a sus antecesores de la dinastía Borbón. Anoche, el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, acompañado de sus hermanas, Elena y Cristina, y de la viuda de don Juan, doña María de las Mercedes de Borbón, volaron desde Madrid a Pamplona para reunirse con toda la familia real y asistir a una misa funeral estrictamente privada.

El cuerpo de don Juan, embalsamado ayer en Pamplona, será trasladado hoy por vía aérea a Madrid. La capilla ardiente permanecerá abierta desde hoy a la una de la tarde hasta mediodía del sábado para recibir el último homenaje de los españoles.