"¿Tengo que ir deprisa o no?"

No hay que preocuparse por Induráin. "Su preparación va a la velocidad adecuada", advierte José Miguél Echávarri, director del Banesto. Las últimas actuaciones del corredor navarro han sido insospechadamente mediocres: perdió el ritmo del pelotón en la Milán San Remo y se hundió en la general en el Criterium Internacional. Y cundió la alarma. Pero Induráin corre con el freno de mano puesto. "¿Tengo que ir deprisa o no?", le preguntó a Echávarri antes de la contrarreloj del domingo en el Criterium Internacional.

Echávarri le pidió que no forzara la máquina y eso significó 30 segundos más que Breukink o 13 más que Rominger, dos buenos especialistas en plenitud de forma. El sábado había perdido 14 minutos en la primera etapa y algunos vieron en ello una mal síntoma. "Induráin trabajó para otros y estuvo impresionante en algunos momentos; el problema fue que Bernard estaba enfermo. En la Milán-San Remo rompió la rueda muy cerca del final y quedó en el segundo pelotón". He ahí el mensaje: no hay que preocuparse.El aficionado español está mal acostumbrado porque espera de Induráin éxitos de principio a fin de temporada. "No podemos caer en ese error", argumenta Echávarri. "Él va a su ritmo. Su temporada empieza el 23 de junio y actualmente compite con corredores que están a plena capacidad. Ahora mismo va muy tranquilo, sin presión, mejor incluso que el pasado año por estas fechas". Los recientes triunfos del Banesto con corredores como Gorospe, De las Cuevas y Delgado han cumplido un doble objetivo, mantener el prestigio del equipo y aliviar la responsabilidad del navarro. Su objetivo está centrado en la segunda parte de la temporada, el intenso camino que va del Giro al Mundial pasando por el Tour.

Induráin es un metódico del entrenamiento. Ahí está su secreto. Y lo cierto es que ha sabido incorporarlo sin hipotecas a su rutina diaria. Sin ir más lejos, estos días los dedica a recorrer las etapas pirenáicas del próximo Tour junto a su mujer. Induráin cumple así con su costumbre de conocer in situ las principales cumbres de las grande vueltas. La noticia es que el matrimonio no altera sus planes: ella en el coche, pero él en bicicleta.