Retraso histórico

Francia ha desarrollado durante los últimos 25 años un programa de obras en infraestructuras de forma sostenida y estable. Ésta y otras referencias similares han servido de pauta para el plan que la Secretaría General de Planificación y Concertación Territorial ha redactado en los últimos dos años donde se aborda, por primera vez sobre un calendario, un conjunto de obras en coordinación con entidades locales y autonómicas.Los expertos en infraestructuras valoran que se fije un ritmo de trabajo en la medida que establece un marco de prioridades de actuaciones en infraestructuras en un periodo de tiempo determinado (15 años). Según Jordi Grell, director del Instituto Cerdá de Barcelona, este sistema de plazos y prioridades permite equilibrar los costes. "Hacer muchas cosas al mismo tiempo encarece los precios. Si disponemos de 100 ingenieros para dirigir 100 obras pero queremos hacer 200 la presión hace que se disparen os costes. Hay que incentivar a esas 100 personas para que desarrollen el doble de trabajo. En ningún caso debería sobrepasarse el ritmo capaz de ser ejecutado por el sector de la construcción", dice.

Rentabilidad

En su opinión, el retraso histórico que padece España en materia de comunicaciones y transportes, impone dar la bienvenida a un plan como el P DI. Una bienvenida con cautelas. Grell cree que, "obviamente, se supone que se ha estudiado la rentabilidad socioeconómica de cada uno de los proyectos. No obstante, puede haber condicionantes de tipo político que antepongan la prioridad de una obra sobre otra más rentable". Por ejemplo, Grell no justifica la construcción de una autovía en el eje Tordesillas-Salamanca-Fuentes de Oñoro. "Quizá lo exija la Comunidad Europea a quien se va a solicitar cofinanciación, pero creo que no se debería plantear ninguna autovía que no soporte la circulación de más de 12.000 vehículos al día".