Agradezco a los

informadores del reportaje titulado Ovejas negras en taxis blancos un nuevo ensañamiento contra el colectivo de taxistas, ya que cuando se habla de un sector tan grande, más de 15.500 trabajadores, y se publica un artículo como éste en páginas centrales de un periódico de tan gran tirada como EL PAÍS, y más siendo críticas destructivas, dichas críticas se deben hacer hacia las personas que han sido cogidas infraganti y son identificables, ya que la infracción la ha cometido la persona, no la profesión. En el artículo se habla de 22 personas, de las cuales sólo identifican a cuatro, por lo que se presupone que entre las otras 18 manchan a todo un colectivo.Éste es un sector maltratado y humillado, ya que para subsistir se tienen que trabajar unas jornadas agotadoras de 13 y 14 horas para que el madrileño tenga un servicio bueno y barato, con un caos circulatorio debido a la poca autoridad del Ayuntamiento -de antes y ahora-, con la anarquía del particular, con la doble fila y con la ocupación de paradas y carriles-bus y taxi.

Vemos que nos han dado un empujón hacia abajo para hundirnos más en la miseria, y gracias a su aportación, además de habernos mermado la dignidad como trabajadores, quizá podamos llevar el pan a casa con 16 horas, en vez de 13 o 14 como veníamos haciendo hasta ahora.